Obligados al distanciamiento, la economía y nuestro ritmo de vida cambiaron por completo.
Habrá tiempo de entender, luchar y sobreponerse a los efectos de este parón. Pero esta pausa también rompió dinámicas nocivas, perturbó proyectos personales y profesionales que no iban a ningún sitio, obligó a cambiar hábitos que no eran sanos.
Y si esta interrupción también es una oportunidad? Para repensar a dónde vamos, para idear proyectos nuevos, o simplemente para romper con esas relaciones sociales superficiales en las que estamos atrapados y que nos privan de interacciones más reales.
Es tiempo de confinarse, es tiempo de reinventarse. Otros ya lo hicieron