El COVID19 nos ha obligado a poner freno de mano en nuestras vidas de golpe. De repente se han paralizado todos nuestros planes profesionales, personales, familiares… nuestra vida (y la de los otros) ha entrado en un standby no elegido. Todas las listas físicas o digitales que «eran» tan importantes, urgentes o incluso muy urgentes, ahora por fuerza mayor, han quedado pospuestas o directamente canceladas.
Esta situación nunca vivida hasta ahora nos ha regalado tiempo. Y algunos, quizás por miedo a sentirse solo o para evitar escucharse a sí mismos, están llenando las redes de nuevas listas infinitas con cosas por hacer, más largas incluso de las que teníamos un día hasta ahora llamado «normal». A la lista hay cosas como aprender nuevos idiomas, hacer deporte desde casa, manualidades imposibles, recetas de cocina nivel superior, visitas a museos que ni sabíamos que existían, lectura de libros sobre temas que nunca nos han interesado, ruido y más ruido, todo menos quietud y silencio.
¿Realmente es necesario ocupar el 100% de nuestro tiempo haciendo cosas? Desde Innovem os proponemos que aprovechemos la situación para parar el ritmo de vida frenético que llevábamos hasta ahora y reflexionar.
Seguramente no encontraremos tutoriales al youtube sobre cómo se tiene que reflexionar en una situación con tanta incertidumbre como esta, pero es tan sencillo como conseguir ratos de silencio y centrarnos en nuestros pensamientos, nuestras ilusiones y, por qué no, en nuestras preocupaciones. La única actividad que quizás tenemos que hacer es centrarnos en qué hacer y que sentir Aquí y Ahora, dejarnos llevar por nuestro día a día, minuto a minuto, segundo a segundo. Y es que de repente el tiempo ha tomado otra dimensión o sencillamente la dimensión que «toca».
Os dejamos una entrevista a Pablo de Ors sobre la necesidad de educar en el silencio.